Uno de los efectos perniciosos más graves de esta sociedad que genera información y acontecimientos a velocidad de vértigo, es que no hay tiempo para la reflexión. Las noticias de hoy solapan las de ayer y éstas a su vez las anteriores, de tal forma que la memoria no puede almacenar tantos datos y el análisis de cualquier situación siempre es pobre y desajustada a la realidad.
Hace ya tres meses, cuando sonaban las voces de la campaña electoral, se vendía a los españoles que todo el problema era una cuestión de confianza, que los mercados no confiaban en el Gobierno Socialista, que Zapatero era un pésimo gestor, y por consiguiente toda la culpa de esta terrible crisis económica era suya.
Pero ganaron los populares, y en el mes de noviembre subió el paro; en diciembre habiendo tomado ya posesión el nuevo gobierno volvió a subir; enero fue terrorífico y febrero aporta el segundo peor dato de la historia. El análisis es claro. Una de dos, si era una cuestión de confianza, los mercados no confían en el nuevo gobierno, si era una cuestión de color político, y principalmente de Zapatero, esto ya se debería haber arreglado.
Lo que se ha demostrado claramente es que no era ninguno de estos dos supuestos y el Partido Popular, con Rajoy y Cospedal en Castilla La Mancha, conocían perfectamente la situación. Pero era más cómodo cargar tintas contra el Presidente, aunque estuvieran engañando a gran parte de los españoles. Y esto con ser malo, no es lo peor del asunto. Lo peor es que ahora, gobernando el PP, siguen echando la culpa a los socialistas sin hacer el verdadero análisis para descubrir a los auténticos culpables de este desaguisado, culpables que dan órdenes, que hunden mercados, que arruinan países, formas de vida y que hacen temblar civilizaciones con el único objetivo de enriquecerse, en un capitalismo salvaje que nos dejará débiles durante décadas y a ellos asquerosamente adinerados.
Resulta curioso, cuando menos, escuchar a Rajoy y a los dirigentes populares pidiendo comprensión y colaboración a los grupos políticos y a todos los españoles, porque es la única solución, según ellos, de poder salir de este agujero. Si esto es así, cómo explicar su comportamiento durante la última legislatura.
Estos chicos del Partido Popular que tanto quieren a España cuando gobiernan ellos y que cuando están en la oposición todo les parece mal, deberían sacar algo de tiempo de sus apretadas agendas y reflexionar para acercarse a las verdaderas causas de la situación.
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